domingo, 7 de noviembre de 2010

Bhaiel y Fes

Despues de pasear y conocer un poco la medina de Sefru me siento a comer en la pequeña terraza de un restaurante detras de la Gran mezquita, es una placita muy acogedora donde hay varios restaurantes, en todos asan carne, pinchos y embutidos de ternera y cordero, la putada es que las barbacoas estan en la calle y hay un humo que no veas, asique no tengo mas remedio que pasar dentro. Por supuesto me pego un buen plato de un mix de carne asada con una cocacola y un yogurt (40 Dh con la propina). El camarero habla Español a la perfecion tiene pinta de cubano, es muy simpatico y hablador, vivio un tiempo en Barcelona y acabo hasta el gorro de los catalanes, no le quedaron ganas ni de probar en otra ciudad, asique regreso a Marruecos. Me cuenta sobre un pequeño pueblo cercano a Sefru, se llama Bhaiel, parece ser que es un sitio curioso, le llaman el pueblo troglodita, porque las casas son cuevas excavadas en la roca, no es algo sorprendente, en España abundan los sitios asi.






Calle de la medina de Sefru




Despues de pegar una buena comida lo mejor es estirar un poco las piernas. Nada mas salir del bar se me pega un buscavidas muy curioso, se hace llamar "Jimbo, el ultimo jipi de Marruecos". El tipo tiene unos 50 años, anda cojo de un pie, tiene problemas en un ojo y lleva mierda encima del año que pidas, se me ofrece como guia, no habla Español pero nos vamos entendiendo en Ingles. Intento quitarmelo de encima pero no hay manera. Me cuenta sobre los jipis de los 70, de cuando Marruecos se puso de moda entre los diversos artistas del movimiento y gente como Jimi Hendrix o Cat Stevens buscaban refugio e inspiracion en este pais. La verdad es que el nota estaba puesto en el tema, en un momento me nombro los musicos, pintores y gurus indios de la epoca. Me cuenta tambien que su sueño es viajar e instalarse en la India, donde segun el, viven muchos de sus viejos amigos. Empiezo a aburrirme del jipi, ademas lleva una peste encima que no veas, asique le doy 15 Dh y le digo que he de tomar un taxi a Bhaiel, el tio es tan cansino que hasta me quiere acompañar, casi tengo que salir corriendo para quitarmelo de encima y esque en verdad debo de ser el unico turista de Sefru y encima le he echo caso durante un rato.






Entrada a Bhaiel




Tomo un Grand-taxi a Bhaiel, por cierto es en el primero que monto, tiene una tarifa de 5 Dh hasta Bhaiel, es un enorme y viejo Mercedes que tiene cabida para seis pasajeros y el conductor, tres delante y cuatro detras, el taxi no sale hasta que no esta completo, me siento delante aprisionado entre el conductor y otro pasajero.
El viaje es cortisimo y cuando llegamos a Bhaiel me quedo flipado con el lugar. El pueblo esta construido en la ladera de la montaña y tambien tiene una parte baja con las casas pegadas al rio. Bhaiel esta anclado en el pasado y no solo por el echo de que las casas sean antiguas, no haya coches y no se oiga ni un ruido, sino porque la forma de vida de sus habitantes es como hace unos cien años o algo asi. Imagino que viviran exclusivamente del ganado y de la huerta. Las calles son muy estrechas y empinadas, algunas son escaleras. En la parte baja del pueblo esta el rio, al lado hay un lavadero donde un monton de mujeres estan lavando la ropa. Por supuesto todos los hombres usan chilaba y turbante y las mujeres van tapadas. La gente me observa extrañada de que un extranjero se haya dejado caer por aqui y a la que me doy cuenta llevo detras de mi a un monton de chiquillos, que me miran, cuchichean y se rien.





Vista de Bhaiel





Me pierdo entre las callejuelas seguido de varios chiquillos y observo bastantes corrillos de mujeres sentadas en el suelo al sol, estan haciendo unas borlitas con hilos, son como unas pequeñas pelotas de colores, que pienso que serviran para adornar algun traje. Las hay por cualquier rincon y todas estan haciendo la misma faena. Cuando paso por su lado dejan de hablar y se tapan, responden a mi saludo y cuando me alejo empiezan a murmurar, seguro que para algunas es nuevo que un extranjero pase por delante de su casa. Disimuladamente las capturo en fotografia, si se dan cuenta la bronca seria despampanante. En la parte baja hay una placita donde hay algunos hombres sentados tambien al sol, nadie me dice nada, todo es muy relajante, como ya he dicho no hay coches ni siquiera motos, de vez en cuando pasa un carro tirado por un mulo o alguien mas osado montando bicicleta.






Mujeres cosiendo al sol





Personalmente no he visto nunca gente, podiamos decir, tan primitiva, esta claro que el nombre de pueblo troglodita no es solo por el hecho de que muchas de las casas esten excavadas en la roca.
Decido volver a Fez y me encamino a la salida del pueblo a la parada de los taxis, de camino tomo un te en un bar, uno de los clientes habla Español y me ofrece visitar una de las casas cuevas, ya he decidido irme asique rechazo su invitacion y cojo un taxi a Fez.
Me monto detras en compañia de tres chicas jovenes, llevan la cara descubierta aunque cubren su pelo con un pañuelo, usan unas tunicas muy elaboradas y con unos colores naturales muy bonitos. Se rien mucho y hablan en Arabe con el conductor y con los otros pasajeros, seguro que hay algo en mi que les hace gracia, me siento impotente de no poder participar en la juerga.





Lavadero de Bhaiel





El taxi me deja en la ciudad nueva frente al unico Macdonals que hay en Fez, la verdad es queda bastante surrealista, a pesar de que es bastante grande, esta casi vacio, cosa que por cierto me alegra, no soporto este tipo de restaurantes de comida basura que los americanos nos meten a rosca. Aprovecho y doy una vuelta por la parte moderna y por mas que me empeño no le encuentro ningun atractivo asique cojo un taxi y me voy a la medina, por cierto los petit- taxis en Fez o taxis urbanos son de color rojo mientras que en Marrakech son marron clarito. Me sumerjo de nuevo en las callejuelas y cuando llevo solamente una hora dentro siento la necesidad de salir, esta medina puede conmigo, me siento como encerrado y si le sumas el agobio continuo de los buscavidascazaturistas la cosa se vuelve demasiado estresante para mi. Salgo por una de las puestas situadas justamente al lado contrario de donde esta mi hotel.

Me siento en una terraza a tomar un te y pienso entonces en Nabil que debera estar esperandome en un cafe cercano a mi hotel, la verdad es que me da igual verlo que no y ademas estoy bastante alejado del sitio. Con mucho trabajo consigo parar un taxi que me deja muy cerca de la puerta verde.
Ya en el hotel encuentro en la terracita del bareto a los amigos de Santander y al venezolano. Se alegran mucho de verme y yo de verlos a ellos tambien. Los tios estan dando buena cuenta de unos canutazos, fumo un poco y enseguida me dan un chinon para que fabrique otro, rechazo su invitacion porque voy de cabeza a las duchas. Los tipos van a cojer un taxi para cenar en la ciudad nueva, me ofrecen ir con ellos pero prefiero quedarme, hoy me quiero dar un homenaje en el restaurante que hay debajo del hotel, es un poco caro (a nivel Marruecos) pero ya he regateao un poco el precio con el portero, les digo que si me acompañan pero parece que no les mola la idea y quedamos en vernos despues.






Con el portero del restaurante




Antes de entrar a cenar, me siento un rato en la miniterraza del restaurante con el portero y con uno de los encargados del hotel. El portero es la caña, un cachondo mental, tiene alrededor de 60 años, lleva una chilaba bastante elegante y un gorrito rojo, no tiene otra obsesion mas que le hable de las chicas de España. El encargado del hotel me ofrece hachis, le digo que no quiero ya que aun me queda un trozo del que me dio Nabil, aun asi el tio me regala un poco para que lo pruebe.
El restaurante es un lujazo, arabe total, digno de un sultan, la decoracion es exquisita, paredes labradas en yeso, farolitos, almohadones, media luz, musiquita, en fin muy bonito y muy limpio, se nota que esta montado para turistas , aqui en Marruecos es un sitio caro, pero en España el precio seria como en un restaurante normal, con lo acostumbrados que estamos a que nos atraquen continuamente en los bares. En estos momentos solo hay dos mesas ocupadas por unos clientes franceses.
La carta incluye un menu con varios platos, pero me decanto por una ensaladita de tomate y de varios tipos de olivas y una pastela o pastilla de pollo. La pastela es el plato que mas me gusta de los que he probado en Marruecos, ya hable de el anteriormente, se trata de un pastel de carne, pollo o marisco, con una masa muy crujiente y de un sabor dulce y salado, realmente la que me sirvieron aqui era enorme y estaba deliciosa, acerte de pleno con mi decision. Para postre el camarero me recomienda una copa de chocolate a la naranja con datiles ¡para chuparse los dedos, oiga!, la cena me salio por 130 Dh con la propina (unos 11 Eu).





Rincones de la inmensa medina de Fez




De nuevo en el hotel, me acomodo en el balconcito que da a la calle y me hago un petardo, me siento como un general. A los diez minutos aparecen los cantabros y el venezolano, vienen un poco mosqueados porque han tenido una pequeña bronca con el taxista que los ha traido. Sacan la artilleria y rulan mas canutos, en un momento todo son risas y buen rollo, realmente son unos chavales estupendos y muy compartidores. Mientras estabamos en el balconcito, pudimos ver en el tejado de enfrente como aparece un abuelo de mas de 70 años armado de una paleta y una caldereta de cemento, el tio se pone a arreglar una pared haciendo equilibrio en el tejado y en plena noche, todos nos reimos con la escena, pero a la vez tambien estabamos preocupados por si se caia el abuelo.
Los cantabros y Diego el venezolano salen mañana para Meknes donde estaran dos dias y para despues no tienen nada planeado, de todos modos les indico la situacion del hotel Mimosa, por si deciden pasar por Marrakech. Despues de un buen rato nos despedimos y nos vamos a dormir, me da un poco de pena tener que separarme de ellos, son muy divertidos y muy buenos chavales, si no tuviese comprado el billete de tren para mañana a Marrakech es probable que me quedara en Meknes un dia con ellos, pero bueno otra vez sera.




Andamios de la restauracion de la medina.

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