domingo, 22 de agosto de 2010

Regreso a Marrakech

Salgo de nuevo del campamento pero esta vez con intencion de dar un paseo, me descalzo, es todo un placer sentir la arena en tus pies, da sensacion de humedad y esta fria, aun asi es una verdadera gozada andar sin botas hundiendo el pie en la finisima arena. Me vuelve a invadir la quietud y grandeza del desierto, estoy bastante desorientado ya que aunque las estrellas y la luna proporcionan luz, mi campo de vision se limita solo a unos 20 metros, pero por suerte la imponente mole de arena que representa la gran duna, me sirve de referencia. Regreso al campamento una media hora despues y me encuentro a Hassan el guia en la entrada, somos los ultimos en acostarnos, le preguno donde lo va va a hacer, me contesta que se va a quedar tambien acostado al raso con los camelleros y me dice que no hay placer tan grande como dormir bajo las estrellas del desierto, automaticamente le sigo y me acuesto tambien al raso con ellos, pasando de la jaima y asi poder absorber el desierto todo lo que pueda, siempre he querido estar aqui y esto es una oportunidad unica.





Arena y mas arena




Las alfombras del suelo son muy gruesas y estan mas duras que una piedra, Hassan me trae dos mantas, me encuentro muy a gusto, caliente de momento y con el fresco de la noche en la cara, el cielo es como un mar de diamantes de todos los colores, una verdadera maravilla. No consigo dormirme, por otra parte tampoco lo quiero totalmente ya que estoy muy a gustito, por fin lo logro y me despierto mas tarde con un dolor de cuello y un frio que no veas. No tengo ni idea sobre que hora es, me levanto y voy para la jaima, vuelvo a dormirme y no mucho despues, exactamente a las 5.30, un poco antes del amanecer y con un escandalo que no veas, nos llaman para levantarnos y regresar a Merzouga. Recibir la mañana en el desierto es como uno se lo imagina, resumiendo, una flipada. El campamento es un ajetreo total, hasta que por fin la cosa se organiza y montamos los camellos, esta vez el viaje de vuelta fue bastante mas placentero que el de ida, no se como pero le pille el punto al camello y he de reconocer que fui muy a gusto, a parte de eso no tenia que preocuparme de tantas cosas como en la ida. Tuve suerte de salir en uno de los ultimos camellos con lo cual al ir en la cola veia toda la cuerda de camellos avanzar delante de mi. Contando los camellos de los uruguayos y los nuestros habrian unos veintitantos camellos, entre eso, las dunas en este momento de un color amarillo, el color rojizo del sol en pleno amanecer y el cielo tan azul, formaban un espectaculo unico y para mi fue toda una experiencia. Llegue en ese momento a la conclusion de que este es el lugar mas extraño, majestuoso y bonito que he visto en mi vida, no se si algo en el futuro me impresionara tanto como el placer de contemplar el amanecer del desierto del Sahara montado en un camello.




La caravana de camellos




Tres cuartos de hora despues arribamos al albergue de Merzouga donde nos esperaba un potentisimo desayuno que equilibraba con creces la escasez de la cena de la noche anterior. Ahora venia la parte chunga del viaje, el regreso a Marrakech, nos quedaban por delante 11 horas de viaje, algunas pequeñas paraditas y con un cansancio encima de la noche anterior que no veas. Esta vez me tumbe el la parte de atras de la furgo sobre dos asientos y me quede dormido nada mas salir, me desperte una hora y pico despues, totalmente renovado y preparado para la batalla, asique en la siguiente parada que hicimos volvi a ocupar mi puesto de copiloto al lado de Hassan, Moja se alegra mucho de tenerme a su lado de nuevo y comenzamos con el cahondeo y el repertorio de canciones en Arabe. La verdad es que el viaje de vuelta no se hizo nada pesado, paramos solamente a hacer unas fotos de los paisajazos lunares que se encuentran por estas zonas y por supuesto tambien paramos a comer, esta vez lo hicimos en un pedazo de hotel, que mas que un hotel parecia un palacio estilo la Alhambra.




En la puerta del albergue de Merzouga, con Hassan a mi izquierda y el mistico a mi derecha



El hotel tenia un patio acojonante, decorado con columnas y motivos arabes por donde miraras, lo mas significativo del patio era un pedazo de piscina que tenia en medio. El punto fue pegarnos una suculenta y sabrosa comida en el relajante patio al lado de la piscina y echar una minisiesta en las hamacas. La verdad es que se estaba de maravilla tumbados frente a la piscina. En un momento dado la Paya se levanto para ir al baño y cuando regresa y para sorpresa de todos aparece en bikini y se lanza a la piscina sin cortarse ni un pelo, todos nosotros nos quedamos flipaos, aunque los que se quedaros sin palabras fueron los camareros al contemplar tanta carne blanquita a la vista, he de decir que la paya estaba bastante potente y maziza, tampoco nos vamos a engañar.
En otra de las paradas, tambien visitamos una almazara-tienda del afamado aceite de argan, lo que tambien fue una excusa para intentar vendernos todo tipo de productos relacionado con el argan (un poco mas adelante comentare algo del dicho aceite).





Rosa con Hassan y Moja



Cuando nos adentramos en las impresionantes montañas del Atlas, empezamos a ver de nuevo los puestecitos con los fosiles y minerales, le digo a Moja que pare en algun puesto porque quiero comprar un par de ellos. Paramos diez minutos despues en lo que parecia el centro comercial y Corte Ingles de los fosiles, el sitio es una pasada, hay varias tiendas y puestos de fosiles y un restaurante que tambien parece fosilizado, todo esta al borde de un pedazo de precipicio y hay unas vistas salvajes, todo el mundo se tira de la furgo con intencion de fotografiar ese panorama, yo soy el unico que entra en una de las tiendas. Dentro de la tienda hay montones de piedras, minerales y fosiles por todos los lados. El vendedor tenia mas de 60 años al igual que los vendedores de las otras tiendas, todo fue bien hasta que me interese por dos fosiles, a partir de ese momento empezo el agobio con el vendedor, al decirme el precio y comenzar el regateo sin ton ni son otro vendedor me coje del brazo y me enseña un fosil que llevaba en la mano, los dos me hablan a gritos y a la vez ofreciendome mejor precio, les digo en Arabe, Español, Ingles y Frances que ya no quiero comprar y salgo de la tienda, me rodean entonces cuatro vendedores mas gritandome con fosiles en la mano, uno me coje del brazo, otro me estira por detras, es un agobio total, los mando a todos al carajo, esto es de locos, surrealista total, salgo corriendo hacia la furgo, los comerciantes, todos con turbantes y harapientas chilabas, corren tras de mi gritando en Arabe y alzando el brazo con los fosiles en la mano, mis compañeros ven el espectaculo y se quedan flipados y se descojonan, corren entonces detras de los tipos tambien, parece una escena de Benny Hill, subo a la furgo y cierro la puerta, Moja esta en el volante desternillandose de risa, mientras los tipos pegan la cara al cristal gritando como locos y mostrando los fosiles. Con esa anecdota tuvimos bromas y risas hasta llegar a Marrakech.




Fosiles del Atlas y reproducciones




Eran las ocho de la tarde y estaba lloviendo cuando llegamos a Marrakech, nos despedimos de los guiris y de las japonesas, con tristeza tambien de Moja y Hassan. Nosotros cuatro, Mark, Maca, Rosa Gabriela y yo quedamos en una hora en vernos y cenar juntos en la plaza Jemaa-el-Fna.
Cojo habitacion por una noche de nuevo en el hotel Mimosa, mi plan es salir mañana en el bus de las nueve hacia Essaouira, un pueblo pesquero muy pintoresco a unas dos horas en autobus de Marrakech. Pasamos un rato muy ameno cenando, donde tuve ocasion de probar la famosa pastilla o pastela una especialidad marroqui muy apreciada, consiste en un pastel de carne o marisco hecho con harina y con un punto de dulce muy agradable, realmente exquisito. Rosa y Gabriela tambien van a Essaouira asique quedamos en vernos temprano en la estacion de autobuses, por otro lado Mark y Maca vuelven a España al dia siguiente por la tarde. Damos una vueltecita por la animada plaza de Jemaa-el-Fna y nos despedimos.





El inmenso oasis de Tinerhit



A las 8 de la mañana abandone el hotel Mimosa con la intencion de tomar un taxi a la estacion de autobuses. Paro a un Petit-taxi, me monto y le indico, el tipo no pone el taximetro, le digo que porque no lo hace, el nota se hace un poco el sueco y me hace entender que la estacion esta cerca. Cuando llegamos el taxista me pide 30 Dirhams, normalmente ese viaje costaria no mas de diez con la propina incluida, esta claro que me ha echo la pirula. Empezamos entonces a discutir, el tipo comienza a ponerse chungo y a mi me da la idea de llamar a la policia, cuando voy a hacerlo de pronto caigo en la cuenta de que 30 Dh no llegan a ser ni siquiera 3 euros, se los doy y me quedo un poco avergonzado por la escena y esque cuando comienzas a pensar en Dirhams y te olvidas de los Euros discutes por cualquier cosa aunque sea por 20 centimos. De todos modos aprendi una valiosa leccion y es que si el taxista no quiere poner el taximetro, cosa habitual cuando se trata de turistas sobre todo en Marrakech, lo mejor es bajarse directamente o no montar, a no ser que primero hayas negociado el precio, si no lo haces te llevaras sorpresas como me paso a mi.
En el tema de los taxis, los hay de dos tipos, el petit-taxi y el grand-taxi. En el caso del primero son cochecitos pequeños como los antiguos Fiats 133 o algo asi, solo pueden rular por la ciudad y es la mejor opcion para desplazarse, los segundos son enormes Mercedes con capacidad para cuatro personas detras y tres delante, estos salen de la ciudad y hacen el sevicio tipo autobus, tienen un precio estipulado para cada trayecto aunque si te ven de pardillo te suelen pedir mas, el taxi no sale hasta que no esta lleno, normalmente tienen la parada cerca de las estaciones de tren o bus y son una buena alternativa a estos, pero cuidado cuando te subes dentro con el taxi al completo parece que estas metido a presion en una lata de sardinas, si es entre dos chicas bien perfumaditas y con la ropa impecable, la cosa no esta nada mal pero como sea entre dos maromos con las chilabas llenas de mierda la cosa cambia.




La Kasba de Teluet




Compro el pasaje a Essaouira en el bus de las 9 h (70 Dh, 6 Euros) y voy a la zona de los buses, aparentemente es un caos total porque hay mucha gente, los autobuses no tienen numero ni el cartelito con el nombre del destino, sin embargo todo esta organizado, hay unos tios que vocean los destinos, te preguntan cuarenta veces a donde vas, miran tu billete y enseguida te indican cual es tu bus. Cuando ya tengo mi bus localizado el conductor me dice que he de facturar la mochila y he de volver a las taquillas y pagar 10 Dh mas por ello, cuando regreso y por fin subo al autobus me encuentro acomodaditas a Rosa y Gabriela, los tres nos alegramos de vernos. El viaje se nos hace muy ameno mientras repasamos la odisea del viaje a Merzouga.
Durante el trayecto pude ver los arboles del Argan, de donde se extrae el preciado aceite del mismo nombre. Los arboles del Argan solo se encuentran en Marruecos y en algunas zonas de Mexico. El arbol en si es parecido al olivo pero mas chato, es muy apreciado por las cabras que trepan por el para alcanzar sus frutos. En cuanto a estos, llamado la nuez de argan, (es parecido a una oliva o a un datil, segun el grado de maduracion) se extrae un aceite de una calidad extraordiaria. El proceso de elaboracion del aceite es muy complejo porque se realiza completamente a mano. El aceite una vez extraido y refinado tiene un color naranja dorado con un sabor avellanado incomparable. Ademas de su uso en la cocina tradicional y en la elaboracion de dulces, se utilliza para curar la dermatosis, quemaduras, reumatismos y otras afecciones asi como en la elaboracion de productos de cosmetica por su poder regenerador de la dermis y el pelo.
Los buscavidas te lo ofrecen por la calle muy barato, por supuesto esta adulterado o tiene agua. Se puede comprar en las tiendas de turistas y en el aeropuerto por unos 300 Dh el litro (unos 24 Eu), tambien se consigue mas barato en las tiendas de alimentacion y el punto total es pillar a las mujeres de las cooperativas en el momento en que hacen la ronda por la mañana para venderlo a los restaurantes, de esta manera se puede comprar a unos 100 Dh el litro (9 eu), incluso de esta manera parece caro comparado con el de oliva, pero la verdad es que el aceite de argan es una pasada y no tiene nada que ver con el de oliva.



El arbol del Argan de camino a Essaouira

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