29-10-09
Despues de un potente desayuno en el hostel entre chavales y turistas japoneses y tras cojer un tren en Wien-Huttenfort regreso de nuevo a la estacion principal Wien-Suddenfort. Voy tranquilo porque los trenes a Bratislava salen cada hora por tanto aunque lo pierda no hay problema.
El viaje duro exactamente una hora y diez minutos, el vagon donde viaje iba repleto de militares austriacos, no es que estuviesen escoltando al tren simplemente que viajaban ahi. El tren no llego a la estacion principal de Bratislava sino que nos dejo en una pequeña estacion en la periferia de la ciudad. Como norma habitual busco informacion y en la pequeña oficina de turismo instalada en la estacion me señalan mi hostel en un mapa, la chica me sugiere tomar el bus por que esta un poco lejos, pero prefiero ir andando y estirar las piernas.
Empiezo a andar por la direccion que me indicaron, verdaderamente la chica de la oficina tenia razon en lo de que estaba lejos y para mas inri pega un sol que no veas y sudo la gota gorda con el mochilon, pero no importa me siento libre y feliz. Despues de un ratito de caminata, me topo con el fabuloso rio Danubio, su vista es grandiosa, es algo majestuoso, por su cauce navegan varios barcos y barcazas, cruzo por un inmenso puente y no puedo evitar quitarme la mochila y parar unos momentos a disfrutar de la impresionante vista, no solo del rio sino de el imponente castillo situado en lo alto de una colina dominando la ciudad.
Vista del castillo desde el rio Danubio
Cuando por fin llego a la city me encuentro con una pequeña, pintoresca y acogedora ciudad, es de la onda que me gusta a mi, con su casco antiguo bien conservado y su parte "moderna" de estilo sovietico, es inevitable recordar un poco a Kracovia. Mi hostel esta pegado al casco antiguo se llama "el Patio" asi, como suena en español. Para llegar alli hay que meterse por un pasillo entre dos edificios, todo es viejisimo y parece que en cualquier momento se va a hundir, de pronto llegas a un enorme patio y en un rincon ahi esta el hostel. Suelto la mochila en el luggage-room y salgo para la calle, voy de cabeza a la parte antigua, esta muy bonito y muy cuidado, aunque despues de haber visitado ya tantas ciudades historicas ya empieza a darme todo igual. Por sus estrechas calles y plazas, aparecen de vez en cuando unas simpaticas esculturas de metal, como un señor en un banco, otro que sale de una alcantarilla, un paparazzi en una esquina con su camara, etc. Observo bastantes bodegas con aire antiguo donde se vende vino y licores, yo aunque sea de una zona vitivinicola, no me gusta nada el vino, pero entro en una para verla por dentro, efectivamente es muy antigua, de madera oscura, hay aperos del campo que se usaban en el pasado y todo tipo de caldos del pais, que aunque en España no son muy conocidos, son realmente de gran calidad.
Calles del casco antiguo
Se nota que Eslovaquia viene tambien de el rollo comunista-sovietico de hace algunos años. Todo es muy barato y el turismo no esta muy afincado por lo que el pequeño pais conserva su encanto, todavia conservan su moneda, la Corona Eslovaca, por un euro te daban 28. Aunque les va a durar muy poco solamente les quedan dos meses de disfrutarla y les entrara el euro y entonces vendran los lios, pero poco a poco se adaptaran igual que nos paso a nosotros.
Me encamino despues al castillo, se ha de subir por una calle empinada que forma una espiral, no ves nada hasta que llegas arriba, pero una vez alli, la vista es magnifica, desde ahi se puede admirar la ciudad y el rio Danubio con todo su esplendor. El castillo se encuentra en obras y no se puede visitar, no tiene importancia ya que solo con darse un garbeo por el entorno, vale la pena haber subido, los jardines son amplios y con mucha vegetacion, es muy relajante y agradable, aprovecho para comer de mis interminables provisiones.
Vuelvo al hostel, esta casi vacio, con lo cual me instalo en una habitacion para mi solo. Uno de los chicos de la recepcion me cuenta que podia haber venido en barco desde Viena, lo cual hubiese sido un punto, pero este viaje toca tren.
En el salon del hostel conozco a cinco argentinos, todos llevan su propio ordenador portatil, intento iniciar una conversacion, pero me doy cuenta de que son bastante fantasmas, sobre todo una tia flaca con pinta de lesbiana. Para quedar bien les digo que si me acompañan a dar una vuelta, pero prefieren quedarse aqui a salir por ahi, paso de ellos y voy para la calle.
Vista de la ciudad desde los jardines del castillo
Bratislava me gusta, es muy pintoresca, barata, la gente es amable y la cerveza es buena. Me pierdo por las calles y cuando ya salgo del casco antiguo, empiezo a conocer el lado sovietico, nunca falla, edificios feos y grises, tranvias del año de la picor por doquier, basura amontonada en la calle, fachadas con hambre de pintura y todo muy descuidado, de todos modos me sigue gustando.Vuelvo a acordarme de las calles de La Habana, pero en este caso con el consumismo metido a presion.
En lo alto de una azotea hay un enorme cartel con la cara del Che, como los que hay en Cuba, no queda mucha luz y no distingo muy bien que pone, le hago una foto y la amplio con el visor, me doy cuenta entonces que es publicidad de una discoteca, es una terrible ironia ya que el amigo Ernesto rechazaba y perseguia cualquier sitio donde la gente se divirtiera.
Me meto en un minisupermercado-todoacien-kiosko-bareto, aunque no se sabe muy bien lo que es, tambien tienen libros antiguos. En realidad yo solo quiero comprar una pegatina de la ciudad. Hay dos clientes en la zona del minibar, casi apretados en una pequeña barra, estan tomando vodka, asique pido un chupito tambien, cuando voy a pagar y saco los euros el tendero-camarero (que ya es mayor) se acojona, en estos momentos estan de pruebas con los euros y la gente no se aclara, estan obligados a aceptar las dos monedas, pero para ellos es complicado, lo unico bueno del asunto es que no tengo necesidad de cambiar euros. El hombre saca su bolseta con las monedas de euro y su calculadora, por supuesto ninguno de los presentes habla Ingles, con lo que todos nos reimos al intentar comunicarnos, la verdad es que fue un rato muy gracioso.
El minibaretokioskosupertodoacien
Paso por la puerta de un local donde hacen tatuajes, un poco envalentonado por el vodka voy para adentro sin pensarmelo dos veces, me recibe un tiaco de dos metros con pinta de hell-angel, con la cabeza rapada y totalmente tatuada, a pesar de nuestro mal ingles, nos entendemos perfectamente, el tipo me dice que me hace el tatu ahora mismo, el sitio no me gusta mucho y los tatuajes son demasiado agresivos ademas el repertorio se reducia a unas cuantas revistas extranjeras y poco mas, aunque lo que de verdad me animo a salir pitando de alli, fue cuando aparecio de no se donde otro tipo parecido al hell-angel pero con una borrachera de la ostia, aunque probablemente portaba algo mas el el cuerpo, el notas se le veia un poco nervioso y hablaba en Eslovaco con el otro. No se porque pero ese tio me dio mal rollo asique le dije al tiaco que necesitaba pensarmelo un poco y que volveria mas tarde. Naturalmente no volvi por alli.
De nuevo en el casco antiguo, me meto en una iglesia para hacer tiempo para cenar, es curioso solo hay mujeres y monjas, me siento en un banco al lado de la puerta y escucho la misa en Eslovaco, es agradable por que la misa es cantada y suena muy bien. Al principio una monja se volvio para mirarme, luego otra y otra y otra, a los pocos minutos todas las parroquianas se volvian continuamente, deduzco que o es una misa solo para mujeres o es que estan ensayando los canticos del domingo. Empieza a darme corte asi que salgo silenciosamente de alli.
Calles
Descubro una pequeña pizzeria, tipo de estas de comida para llevar, aunque tambien se puede comer alli, no es nada lujosa pero las pizzas que hay en el escaparate tienen una pinta importante. El pizzero es italiano y habla un poco español, de todas maneras nos entendemos perfectamente, asique me pego una cena de campeonato, mientras charlo con el italiano. El tio es de puta madre, su mujer es eslovaca, vive aqui desde que se caso y esta loco por volver a Italia. El tipo me recomienda una pasteleria de la misma calle para tomar el postre. Sigo su consejo y voy para alla, es una especie de pub, en plan moderno, donde se sirven tartas y pasteles y donde puedes saborear tambien licores y otras bebidas alcoholicas. Primero eliges tu pastel y tu licor, pagas en un pequeño mostrador (no hay barra) y te dan un ticket, te sientas en la mesita que te marca en el ticket y enseguida el camarero te lo sirve, hay mucha gente joven de tertulia, la musica que sonaba era Jazz-fussion, es una especie de negocio de moda, alternativo a los pubs convencionales.
Muy cerca de la pasteleria-pub encuentro a un señor tocando un instrumento parecido a otro que vi en Praha, es una especie de cajon con una manivela para la mano izquierda y unas teclas para la derecha, con un sonido muy peculiar y un punto de desafinacion agradable. Le echo un euro y me paro a escucharlo, el hombre percibe mi interes y cuando deja de tocar, se alegra al saber que soy musico y ademas español. Con una mezcla de Ingles y Español me cuenta que el instrumento es de origen medieval se llama viola de cuerda y es un instrumento que los antiguos peregrinos que iban a Santiago usaban mucho para conseguir unas monedas y pagarse el viaje, el tio afirma que en la catedral de Santiago se pueden ver grabados de peregrinos tocando la viola de cuerda.
Compro una cerveza en un quiosco y voy a tomarmela sentado a la orilla del inmenso rio, hace una tarde-noche magnifica, ni pizca de frio, se esta de lujo, no puedo evitar volver a recordar a la Habana, ya que hay un pequeño muro a lo largo de las orillas del rio que parece el malecon Habanero, donde los jovenes se sientan para hablar, beber o pescar. Sigo maravillado por el Danubio, ahora de noche todavia es mas impresionante, las orillas son un mar de lucecitas y siguen pasando barcos tambien con las luces encendidas, es todo un espectaculo.
Tranvia, al fondo una inmensa pancarta con la imagen del euro
Al volver al albergue, todavia tomo otra birra mas en un pub donde hay musica en vivo, es un cantautor con un guitarra acustica, toca muy bien y sus melodias son sencillas, pero buenas, pero como canta en Eslovaco no entiendo ni papa de las letras. El antro parece un pequeño museo, hay todo tipo de cachibaches antiguos.
Decido ir a dormir, ya en el hostel, vuelvo al salon de nuevo y los argentinos siguen alli, les insisto con lo de antes y me responden que la ciudad no les gusta y prefieren conectarse y hablar con sus amigos, esta actitud la podria entender si fuesen unos niñatos, pero calculo que estaran entre los veintimuchos y treintaipocos tacos, ¿para que viajan si no pueden despegarse del puto ordenador? me parecen pateticos, paso de ellos de nuevo y me subo a mi habitacion, nunca mejor dicho, por que a pesar de que hay varias literas estoy solo en la habitacion.
Mi tren sale mañana con rumbo a Budapest a las 9.40 asique no tengo mas remedio que reventar la cama.
Una de las muchas esculturas que aparecen por el casco antiguo
lunes, 12 de abril de 2010
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