lunes, 5 de abril de 2010

Praha-Wien

28-10-08

Cuando abri los ojos y mire alrededor, los americanos habian recogido sus mochilas y se habian ido, parece imposible que seis tios recojan todas sus cosas sin hacer un poco de ruido, pero asi fue. En la habitacion solo quedabamos la brasileña que dormia a pierna suelta y una pareja de franceses que al igual que yo tambien estaban despiertos, cuando mire mi reloj de muñeca no podia creer que fueran las 7.45, mi tren salia a las 8.23, no habia oido la alarma, tenia que hacer la mochila, coger el metro, llegar a la estacion y averiguar en que via salia el tren.
Recojo mis cosas a toda ostia y me lanzo a la calle como una bala, cuando estoy bajando las escaleras del metro, me doy cuenta que no llevo las gafas puestas y que me las he dejado en el hostel -¡cagon la puta!-. De nuevo vuelta al hostel a recuperarlas, siempre corriendo y mochila a la espalda, por fin logro agarrar el metro a las 8.10, tengo aun cinco paradas por delante pero por suerte consigo llegar "in time" a la estacion, aunque con solo con tres minutos de antelacion. Pregunto en informacion por mi tren sin dejar de correr y me dirijo hacia los andenes como alma que lleva el diablo, cuando por fin voy a subir, el revisor me tira para atras alegando que sin reserva no hay nada que hacer, le enseño mi Global-pass y le digo que la pagare en el tren, pero nanai nanai, el tio es bastante capullo, dice que si subo al tren, aparte de la reserva tendre que pagar una multa. Considerando como las gastan los checos, vuelo entonces hacia las taquillas, me cuelo descaradamente sin pedir permiso a nadie, pago la puta reserva que eran 180 coronas (siete euros) y cuando llego de nuevo a las vias casi sin aliento, el tren esta moviendo, tiene las puertas cerradas y yo empiezo a dar ostias y patadas a la puerta gritando y cagandome en todos ferroviarios de la republica Checa, el revisor me vio desde dentro y el tio da el aviso de parar el tren, menos mal, era un poco menos cabron de lo que yo creia, cuando me sente llevaba un sofoco que no podia ni respirar, -joder ¡vaya desayuno me he pegao!-

El tren era un intercity bastante bueno y comodo. Llegamos a la estacion de Wien-Suddenfort unas tres horas despues. La estacion es bastante moderna, pero un poco fea. En informacion me dan un mapa de Viena y me doy cuenta de que desgraciadamente mi hostel (cuya reserva hice por internet desde el locutorio de mi amigo el turco, en Praga) esta a tomar por culo de donde estoy. Me toca entonces esperar un rato mas y agarrar otro tren hasta Wien-Huttenfort, unos de los barrios de la periferia de Viena. El albergue queda a cinco minutos a pie de la estacion, cuando llego alli, me doy cuenta que es cojonudo, yo diria inmejorable, se llama precisamente Huttenfort Hostel y pertenece a la Young-Hostell International, es un poco caro para lo que estaba pagando ultimamente, me costo 18 euros con desayuno, pero valio la pena, todo es nuevo y limpio, hay un par de ordenadores con acceso gratuito a internet, tiene cocina, las habitaciones son de cuatro personas y son camas en vez de las habituales literas, con luz independiente y todo de madera. El hostel esta lleno de chavales de algun colegio y por otra parte tambien hay un monton de japoneses en plan turismo. Parece ser que los nipones ya se han puesto las pilas y ya no todos van a hoteles de tres estrellas, la verdad es que el hostel es una opcion estupenda y barata para visitar las ciudades y conocer gente. Como norma habitual en este tipo de albergues las habitaciones no son mixtas y el ambiente que se respira es un poco cura.



Palacios, palacetes y palazotes en el centro de viena


La verdad es que despues de instalarme, ducharme y asearme, me apetece un monton no salir, disfrutar de la habitacion y pegarme la dormida padre, pero estoy en Viena, donde Mozart estreno sus grandes operas y no me voy a quedar en el hostel ni de coña asique vuelvo de nuevo a la estacion Wien-Huttenfort a coger el metro. Aqui sucede lo mismo que en Berlin, uno no sabe como y donde se paga, en el acceso al metro no hay ningun tipo de valla y solo estan las maquinitas para picar y validar el ticket, yo como no tengo problema en no pagar, entro al vagon como si tal cosa. Gracias a un plano del metro y otro de la ciudad me oriento enseguida y entiendo que me encuentro estoy a años luz del centro, ademas de que la ciudad es inmensa.




Estacion de tren y metro Wien-Huttenfort


Viena es ni mas ni menos como uno se la imagina, exageradamente monumental, con grandes avenidas, muchos arboles, parques y jardines señoriales. El centro esta minado de antiguos palacios, de los que muchos de ellos estan habilitados como museos.Todo esta vinculado a la musica clasica y en especial al amigo Amadeus, para donde mires hay carteles anunciando algun evento en la Opera, paneles inmensos con la cara de Mozart y tios y tias disfrazados de epoca vendiendo entradas para la Opera, teatros, conciertos de musica clasica etc. Estos ganchos que venden las entradas me parecen la mar de graciosos con sus trajes de epoca y pelucas. El centro es un hervidero de turistas, haciendo fotos como locos, y es que el lugar lo merece, los edificios son magnificos y hay unas fuentes con unas esculturas increibles.




Calle comercial cerca de la catedral



Me dirijo a la catedral de San Esteban por una calle supercomercial. Las tiendas de las principales firmas se funden con los majestuosos edificios de principio del siglo pasado. Como en las principales ciudades europeas, la gente esta loca con las compras y el consumismo, seguro que la mayoria de las cosas no les hacen falta, pero aun asi siguen y siguen y siguen comprando. Es significativo el cambio radical en las pintas de la gente, comparado con Polonia y la Republica Checa, en estos ultimos se nota cantidad un bajo nivel adquisitivo y por supuesto los años vividos bajo el dominio ruso.
La catedral esta situada en la plaza Stephansplatz, en pleno centro, la construccion es soberbia, pero estan arreglando la fachada y todo esta tapado con andamios y enormes telas, aun asi se puede visitar, como empezaba a anochecer todo estaba un poco oscuro y no pude disfrutar demasiado del templo.




El ambiente de la calle



Compro una cerveza y paseo sin rumbo por esas calles cargadas de historia, por cualquier rincon aparecen majestuosos monumentos y jardines. Me encamino ahora hacia la archifamosa Opera de Viena, me acompaña una mujer a la que momentos antes he preguntado por su situacion y se brindo a guiarme, es simpatica, se queda flipada cuando le hablo de mi viaje y los sitios que he estado, conoce Madrid y Barcelona y este año quiere visitar Sevilla y Granada.
Desgraciadamente solo puedo ver la opera por fuera, tengo mala suerte, todos los dias hay visitas para turistas pero casualmente hoy no se puede visitar, pese a todo no me importa demasiado, por lo tanto le doy una vuelta a la manzana, ya ha anochecido y varios focos iluminan el edificio, es una preciosidad y todo un simbolo de la ciudad. Es emocionante pensar que por aqui han pasado los grandes compositores de musica clasica.

Al lado de la puerta principal del edificio encuentro una aglomeracion de gente haciendo mucho ruido, llevan banderas de algun pais arabe y tienen una musica sonando a toda ostia, todos bailan y cantan al compas de las melodias del desierto. Son saharauis manifestandose por algo, llevan un escandalo que no veas, cualquiera diria que estan celebrando una fiesta en vez de una protesta. Por los megafonos hablan en Arabe y en Aleman.




Manifestacion saharaui


En unos minutos empiezan a llegar varios coches de policia, me quedo alli para ver que pasa, los saharauis empiezan la marcha por el centro de Viena, gritan euforicamente. A pesar de que hace un frio de la ostia, los hombres se quitan las chaquetas y camisas y se quedan desnudos de cintura para arriba para dar mas la nota todavia. Es un poco surrealista, por que la policia marcha tambien al compas de ellos, ademas parece ser que debe de ser una unidad especial, por que son unos tiacos del carajo, altos y fuertes como torres y armados hasta los dientes, tienen controlaos a los pobres manifestantes que no paran de vocear y de hacerse notar, sin embargo mucha gente de la calle no les hace ni puto caso y pasan a su lado ni tan siquiera para mirarlos.
Abandono el espectaculo y continuo mi paseo a mi bola, no tengo ni idea por que se manifestaban esos saharauis pero como se pasen un poco, la policia les dara caña, ademas de buena gana, ya que aqui en Austria hay un 33% de extrema derecha y el resto son simpatizantes de derechas, asique no se cortan un duro con los emigrantes.




La archiconocida Opera de Viena



Me meto en una importante estacion de metro, con intencion de volver ya para el barrio del albergue, la estacion es immensa y tiene de todo, parece un minicentro comercial, hay un ajetreo total y esta llena de tiendas de todo tipo y algunos bares, es una auntentica ciudad subterranea.
Hay muchos jovenes en grupos bebiendo cerveza y dando la nota, la mayoria tienen pinta de skinheads, muchos llevan la cabeza rapada, visten de militar y exiben simbolos nazis sin ningun reparo, no me gusta nada esa peña, evito mirarlos demasiado, aunque voy tranquilo, pensandolo bien, yo tambien llevo ropa militar.
De nuevo en Huttenfort y ya en el albergue, reservo alojamiento para mañana en mi proximo destino: Bratislava. En la cocina hay comida, preparo un huevo frito con unas salchichas y voy a la cama, justo en ese momento me doy cuenta de que no he ido a ver el rio Danubio, es un olvido imperdonable, aunque mañana voy a Bratislava y tambien pasa por alli, pero su paso por Viena es unico.




Frente a la catedral

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