lunes, 17 de octubre de 2011

DIA 7 Ripoll (Lleida) - Cadaquest (Gerona)

DIA 7 Jueves

14-7-11

Ripoll (Lleida) - Cadaquest (Gerona)





Por la mañana, por suerte ni rastro de el dolor de espalda por tanto me extiendo en mi paseo mañanero y ayudado por un plano de Ripoll sigo una ruta turistica a pie ya establecida que recorre los monumentos de interes y los puntos mas emblematicos del pueblo, donde hay paneles explicativos, remato la jugada siguiendo una pista que circula al lado del rio donde a estas horas hay bastante peña haciendo deporte. A las 9 regreso al hotel para desayunar, en el restaurante hay algunos guiris haciendose su cafelito con tostadas y tal, yo no me entretengo en mariconaditas asique la dueña me prepara un bocadillo de jamon a la plancha con tortilla francesa que no se lo salta un gitano, ademas me saca la cesta tipica catalana repleta de chorizo, fuet y queso, toda una delicia para el paladar y mas por la mañana antes de empezar la dura jornada motera.







Vista de Ripoll desde mi habitacion





En el garaje del hotel coincido con un grupo de ciclistas navarros que huyen de San Fermin, siguen la misma ruta que yo, siempre hacia el Este eso si, ellos van por caminos y pistas forestales, en dos dias piensan llegar al Mediterraneo, mi idea es llegar hoy a Cadaques, vamos al mismo lugar pero en diferente sitio, nos deseamos buen viaje y carretera y manta.
Arranco por la C26 todavia entre montañas aunque son bastante mas lais que las del eje pirenaico. En Sant Pau de Seguries me desvio por una carretera preciosa hasta Olot donde engancho un tramo de autovia y en Besalu me desvio a Figueras donde aparco a la Anselma en la misma puerta de la oficina de turismo, aprovecho y trinco un plano de la ciudad. A la casa de Dali es practicamente imposible entrar a no ser que uno guarde cola durante dos horas por lo menos cosa que no hago ni de coña aqui ni en ningun sitio. Hay una avenida con un gran paseo en el centro y muchos arboles donde hay instalado un mercado, podiamos decir alternativo, bastante interesante, alli conocia a un tipo que fabrica bicicletas de gran calidad de esas que llevan una bateria recargable, el tipo me presto una para probarla y hay que ver como iba eso, toda una gozada, practicamente rodaba sola, hablo con el por la posibilidad de comprarle una cuando llegue el momento claro esta.






Pedazo de cola para entrar en la casa museo de Dali








Regreso a mi lugar que es la carretera y me percato de que Cadaques esta muy cerca, como es pronto decido tirar a Francia otra vez y hacer el paso de La Jonquera, una vez alli me quedo anonadado con el tinglao que tienen montado para los camioneros y conductores en general, docenas de bares, restaurantes y garitos, tiendas a saco, centros comerciales, puticlubs ni te cuento, discotecas y todos esos sitios tan maravillosos, lo mejor es que todo pilla a pie de carretera, es descomunal. Paro unos minutos para hacer una foto del inmenso parkin y en ese instante por mi lado pasan muy cerca de mi y a diez por hora unos camiones que acababan de entrar al parkin, en ese momento una horda de putas pasan a toda mecha a la caza de los conductores de dichos camiones.







Calle comercial en Le Boleu




Sigo la N2 hacia Francia y vuelvo a parar en Le Boleu, el primer pueblo frances, donde hay otro tinglado montao no tan bestia como La Jonquera, este es mas de tiendas y tiendas de todo tipo y por todos los lados, los franceses son mas lais que nosotros. Nada mas dejar Le Boleu cojo la D618 hacia Argeles en la costa francesa, un tricket inmenso con tres ruedas pintado de naranja y con unos cromados que deslumbraban me adelanta a toda leche a mi y a todo lo que se le ponia por delante, cuando lo hace suenan de forma estrepita los claxons y bocinas, era un vehiculo deslumbrante y cantarin. A partir de ahora y hasta Cadaques circule todo el rato por la orilla del mar, se pasa por unos pueblos playeros preciosos de la costa francesa como Port-Vendres o Cerbere, por no hablar del Port de la Selva ya en España, atras quedaron las enormes montañas y los espectaculares valles del Pirineo.








La costa francesa






Con mucho calor llego a Cadaques, por supuesto me gusta al instante al igual que a cualquiera que se deje caer por alli. Bajo a la zona de la playa, el lugar es encantador y me encuentro de maravilla. Llevo el telefono de un conocido que trabaja en un hotel de mucha pasta, aunque no tengo mucha amistad con el le llamo a ver que pasa, no me coje el telefono asique voy a buscar alojamiento a mi bola como suelo hacer, dias mas tarde me echaron la bronca por no insistir en la llamada al nota.








El Port de la Selva






Un chaval que es encargado de unos barquitas de alquiler me indica dos alojamientos baratos (algo insolito en Cadaques donde dan unos palos muy sanos) estan uno al lado del otro y a pocos metros de la playa en pleno centro, en el primero no tengo suerte pero en el hostal La Marina, el dueño, que es un viejete muy simpatico, se enrolla y me deja una habitacion doble por 35 pavos, por cierto ya no quedaban mas habitaciones libres. Al aldo del hotel hay varios restaurantes con terrazas, en una de ellas hay unos 15 andaluces ya mayorcitos tomando cubatas, cantando sevillanas y dando palmas como si fuese la ultima vez, llevan una caña que les sirve de acompañamiento, deben estar de celebracion, la verdad esque animan bastante, el viejete me dice que llevan ahi desde la comida y tienen a todo el mundo de la zona quemado, el viejete me dice que son unos cansinos increibles y dan la paliza cantidad, realmente a mi no me parecen cansinos, ademas cantan bien.







Playa de Cadaques




Mi primera faena fue ir al mar y pegar un buen baño, he de resaltar que el agua estaba helada, cosa que parece ser algo normal debido a las corrientes submarinas, segun me explico mas tarde el viejete del hotel. Los andaluces siguen a su marcha dale que te pego a las sevillanas. Toca ahora pegar el paseito turistico de rigor, no sin antes pasar por la oficina de turismo donde me atiende una jipi de tomo y lomo la cual me explica con todo detalle lo que puedeo hacer en un par de horas. Voy de cabeza al casco antiguo, es una preciosidad, de calles irregulares, todo muy blanco con el suelo empedrado, con tiendas y pequeños bares y pubs muy acogedores. La iglesia tiene un gran y muy elaborado retablo barroco que vale la pena admirar cuando alguien echa un pavo para que se ilumine. El resto del pueblo parece tambien casco antiguo, no hay apenas construcciones modernas a pesar de que hay bastante turismo sobre todo frances. El ambiente no tiene nada que ver con la marcha y el desenfreno de otros sitios turisticos playeros españoles, sino que todo es mas bien en plan chill-out, aqui todavia se conserva el encanto del tipico puerblo de pescadores, nada que ver con la vecina Rosas donde si esta el turismo de masificacion.






Cadaques





Dando vueltas y vueltas me tomo tres cervezas y me asalta el deseo de fumar, compro en un estanco un paquete de tabaco de liar y un librillo de papel, me siento entonces en un banco frente al mar donde tambien hay sentada una señora mayor muy bien vestida, esta sale escopetada y con cara de susto cuando ve que me pongo a liarme un cigarro sin el menor reparo, la verdad es que me hizo gracia la cara que puso, adivina que penso sobrte mi la ingenua señora.
Voy entonces a cenar, me quedo en la terraza un restaurante con pinta de asequible, por que aqui los precios no son nada baratos, mientras echo una birra esperando la cena pasan por mi lado tres de los andaluces, todavia siguen cantando sevillanas y tocando la caña, a estas horas y despues de tanto cante y toma de cubatas ya se les nota un poco pasaillos. Me hago un plato combinao super simple, a la hora de pagar me pegan una señora clavada que me dejaron seco, para quitarme el mal sabor del palo entro en una pasteleria-cafeteria y pido un pastel de chocolate y un chupito de ron, me vuelven a pegar palo, por tanto como ya me da igual ocho que ochenta doy un paseo hasta el casco antiguo (que esta al lado) y me siento en la terraza de un garito decorado rollo ibicenco, pido un gintonic con su correspondiente palo a la cartera, aunque sinceramente no le di importancia. Cuando ya estaba acabando el gintonic unas chicas jovenes sentadas no muy lejos de mi encienden un canutazo de marihuana sin ningun reparo, la verdad es que me asalto el deseo de entrarles a ver si me vendian algo, pero me contuve no se ni como y sali atacando de alli, en su lugar y he de reconocer que un poco deprimido me lie un cigarrito mirando al mar y me fui al hostal a leer un poco antes de dormir.






Rincones de Cadaques

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